Heraldo Eslava logró repercusión en Córdoba a partir de su fuerte militancia en defensa de su lugar: Villa La Maternidad. Cuando este espacio fue deshabitado a la fuerza por el gobierno de José Manuel De la Sota, Eslava se puso frente de las topadoras y eso lo volvió un referente de una lucha que se volvió política: el territorio fue, asi, más que el territorio.
Cuando el frío ya amenazaba con extinguirse, un grupo de personas, atacó a Heraldo. No hubo que robarle. Acaso no fue un robo. La golpiza fue tal que al día siguiente, Eslava murió a consecuencia de los golpes.
Y es así cuando la CTA de Córdoba plantea: "Entre sus compañeros, dado el alto protagonismo que alcanzó Eslava en diferentes conflictos, se sospecha que se trata de un crimen político".
Está planteado: crimen político. Las razones para plantear tal hipótesis se basan en principios válidos y claros: Eslava molestaba y nada tenía.
Las pocas crónicas que lo recuerdan tras su muerte dicen que "Heraldo vivía en Villa La Maternidad desde los años '60 cuando eligió la ciudad de Córdoba para instalarse y estudiar medicina. Si bien no pudo terminar la carrera continuó estudiando otros oficios y ejerciendo el de relojero. A esto se suma la gran cantidad de trofeos que exhibía en su casa junto con sus libros y que fueran obtenidos en competencias de ciclismo por todo el país".
Fue en 2003 y para siempre que se montó a la lucha política para defender lo que eran las tierras de muchos contra el negocio de alguno. Junto a otras 30 familias conformaron la Comisión para defender la Villa y la vida en la Villa.
A Heraldo lo mataron en la calle. No hubo kermes televisiva para él.
REVISTA MATICES
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