HERALDO

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miércoles, 25 de abril de 2012

Un verdadero desastre ecológico


La desaparición de 269 mil hectáreas de bosques en los últimos seis años, en la provincia de Córdoba, constituye una catástrofe ambiental de tal magnitud, que requiere urgentes medidas


Que en seis años se haya reducido en un 40 por ciento el bosque nativo de la provincia de Córdoba es una noticia alarmante, aunque no sorpresiva, pues es un fenómeno que creció de modo persistente a lo largo del tiempo. Pese a que hubo leyes que prohibían los desmontes, éstas nunca se cumplieron.
Se trata de una verdadera depredación contra la naturaleza, que provoca severos daños ambientales, entre ellos bruscos cambios climáticos y una alteración profunda de la distribución de la flora y la fauna. Demás está decir que son cosas que ocurren en el mundo entero, y que la defensa del medio ambiente –que dio lugar al nacimiento de partidos ecologistas con representación parlamentaria y que integran coaliciones de gobierno– es un principio sostenido por organismos internacionales.
Pero volviendo al caso de nuestra provincia, investigadores de la Universidad Nacional Córdoba señalan en un reciente informe que entre 2004 y 2010 desparecieron unas 269 mil hectáreas de bosques cerrados, que son lo más parecido al monte original, y de bosques abiertos, que sufrieron muchos cambios pero mantenían hasta el 40 por ciento de cobertura de árboles autóctonos. El dato surge de un relevamiento realizado por el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), según el cual “en 2004 quedaba solamente el 10 por ciento de los bosques que había en el norte y en el oeste de Córdoba en el año 1900, y de ese 10 por ciento remanente, casi el 40 por ciento se perdió en los últimos seis años”.
Son cifras catastróficas, que hablan bien a las claras de una situación de desastre ecológico que está fuera de control. El estudio comentado es muy serio, y fue realizado sobre la base de comparaciones de imágenes satelitales Landsat entre 2004 y 2010, que están referidas sólo al norte de Córdoba, desde Jesús María hasta el límite con Santiago del Estero, y al noroeste. No se cuentan, en cambio, el centro y sur provincial –donde ya casi no hay bosques– ni la zona serrana, donde al efecto deforestación se suma el de los periódicos incendios forestales, que arrecian entre fines del invierno y comienzos de la primavera.
¿Qué hacer frente a tamaña devastación? Recientemente se realizó en la Legislatura Provincial un encuentro de Diálogo Ciudadano sobre Bosques Nativos, del cual participaron los investigadores de la UNC que elaboraron el relevamiento comentado. En la oportunidad se trazó un mapa de la situación general en la provincia y se debatieron algunas propuestas e iniciativas, tendientes poner freno a los desmontes indiscriminados y, en los casos que fuera factible, restaurar la tierra fértil y hacer nuevas plantaciones de árboles.
Este esfuerzo merece el apoyo total de la ciudadanía y requiere de una enérgica acción del Estado.

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