También hubo volantes sobre minería y glifosato (de Iconoclasistas) para explicar sus efectos, lo cual permitió la participación de la gente, que se interesaba por conocer la problemática, o también, aportar sus experiencias de vivir en zonas donde lo que predomina es soja. Entregamos wiphalas pequeñitas, a modo de escarapelas, para dimensionar el carácter americanista de la lucha, sea contra la continuidad de la colonización, o bien por la RESISTENCIA de los pueblos. Contamos con la valiosa contribución de los músicos Emanuel Stivala y Gabriel Libro, y al final se leyó un texto de Eduardo Galeano, y el documento que a continuación se adjunta con algunas fotos –aportadas por la fotógrafa Ivana Maritano- que testimonian la actividad realizada.
Biologa Estela Knez
Otra mirada del Bicentenario
En estos días el gobierno nacional despilfarra fortunas, al igual que varios gobiernos provinciales y municipales, en festejos del Bicentenario. Nosotros creemos que poco hay para celebrar, que es necesario repensar esta fecha y hacer una mirada diferente de la que los medios oficiales y no oficiales pretenden que consumamos.
Porque así como una vez los conquistadores llegaron a estas tierras, saqueando recursos naturales y exterminando indígenas, hoy la Colonización continua, también con devastación y contaminación de nuestros bienes comunes, y sobre todo de nuestras conciencias. En este sentido, rescatamos las banderas reivindicatorias que enarbolan los pueblos originarios, en particular la que reclama "territorio para todos". Ellos fueron y continúan siendo despojados de lo que siempre les perteneció, son un espejo en el que deberíamos mirarnos ya que a todo el conjunto de los ciudadanos nos pasa exactamente lo mismo. ¿De qué independencia se habla cuando la cordillera no les pertenece a quienes la habitan, ni siquiera al estado que se proclama soberano? En nombre del "progreso" se está arrasando con nuestras montañas, destruyendo el paisaje, contaminando aire, tierra, agua y a los pobladores. Pareciera que es eso lo que tratan de hacer con Andalgalá, que ya ha sido cateada y corre riesgo de ser desplazada para que la minera Bilington pueda extraer el oro de su subsuelo. ¿Se puede hablar de soberanía cuando las grandes llanuras están siendo invadidas por monocultivos, en especial soja transgénica, e inundadas de agrotóxicos que, como ocurre con la megamineria a cielo abierto, arrasan con la biodiversidad, con bosques y enferman a las personas no dejándoles posibilidad de elegir su destino? Hoy campesinos y comunidades indígenas, que han habitado por generaciones los mismos lugares, son expulsados y sus tierras asoladas para producir en ellas cereales transgénicos, monocultivos de árboles para pasteras, etc.
Una buena señal de soberanía sería que nuestros gobernantes no fueran complacientes con las multinacionales, que con su codicia se lo llevan todo, y asumieran el compromiso con el pueblo, que cuando protesta o resiste es reprimido. Después de 200 años, es hora de recuperar la dignidad, de defender lo que nos pertenece, de ser independientes.
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