HERALDO

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miércoles, 17 de marzo de 2010

Desde el norte, el río Dulce también trae lo suyo

La Voz del Interior, 17/03/2010

Sección: Ciudadanos. Página A2.


La laguna mar Chiquita viene registrando desde 2003 una marcada bajante en su nivel, luego de varios años de crecida.

Más allá de los ciclos naturales, algunos sectores vienen advirtiendo sobre los riesgos que para el ecosistema representa la falta de control sobre las extracciones de agua que se hacen de sus afluentes.

En los últimos años, se ha profundizado el fenómeno de las nubes de sal, por ejemplo. La bajante genera amplísimas playas de sal, que el viento arrastra a cientos de kilómetros sobre el territorio cordobés.

Los ríos Suquía y Xanaes son afluentes de la laguna, pero el principal es el Salí-Dulce, que desemboca en el límite con Santiago del Estero.

Desde instituciones como el Centro Promar, de la Universidad Nacional de Córdoba se viene sugiriendo la necesidad de extremar recaudos sobre la extracción con diversos fines de agua sobre ese río, como una de las potenciales causas de la bajante de la laguna.

Recién meses atrás, la Provincia de Córdoba asumió el tema integrándose al análisis de la cuenca y los niveles de agua, junto a las Provincias de Santiago del Estero y Santa Fe.

Pero, además, este río arrastra los efluentes de distintas que funcionan aguas arriba, en Tucumán y Santiago del Estero. Por ejemplo, las empresas azucareras y de cítricos tucumanas que vuelvan sus desechos en el río Salí.

Como menor o mayor grado de tratamiento, estas aguas contaminadas llegan hasta los bañados del río Dulce y a Mar Chiquita, que en conjunto formar uno de los humedales más importantes de Argentina, sitio de 329 especies de aves, 35 de reptiles, 16 de anfibios y 31 de peces.

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