HERALDO

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sábado, 2 de octubre de 2010

ESTE "SEÑOR" REPRESENTA A LA UNC ANTE EL CIN

"No todo es negativo en la megaminería"

Edgardo Baldo, geólogo de la UNC y Conicet. El especialista desmitifica que en Córdoba haya oro y relativiza el impacto de las grandes minas. La historia de las tres rocas más importantes de su vida.
Apasionado, entre rocas. Edgardo Baldo, con algunas de las piezas que recogió en sus trabajos como geólogo (Ramiro Pereyra/LaVoz).

Las rocas se transforman, tienen historias y cariño. Con sus palabras, Edgardo Baldo, geólogo de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y Conicet, puede transmitir eso.
Estudia las rocas y dentro de ellas las de tipo metamórficas, aquellas que alguna vez fueron una roca y ahora son otra. Un campo muy acotado.
–¿Por qué eligió las rocas metamórficas?
–La geología te obliga a especializarte en una determinada línea. Cuando me inicié como estudiante, trabajé en la cátedra de Carlos Gordillo, uno de los geólogos más reconocidos del país. Él me marcó. Era un investigador de alma y lo transmitía. Empecé a entender este tipo de rocas y me encariñé.
–¿Por qué es útil conocer en detalle estas rocas?
–Los geólogos tratamos de contar la historia del planeta y entender qué pasó en cada período. En las rocas es donde está guardada esa información. Pero además permiten conocer los procesos geológicos que hubo en distintas épocas, lo cual sirve para buscar recursos minerales.
Historias. En las rocas está escrita la historia de la Tierra. Y en tres rocas que Baldo busca en su laboratorio, entre libros, computadoras y más rocas, puede contarse  la trayectoria de este geólogo.
–¿Cuál fue su mayor hallazgo?
–Hubo dos. Uno fue una roca de la sierra de Más (Villa Unión, La Rioja). Se llama anortosita. Fue la primera vez que se describió en el país y tiene mil millones de años. Lo importante es que esta roca aparece también en un sector de EE.UU. lo cual indicaría que estas regiones separadas en algún momento estuvieron próximas. Dio pistas de cómo eran los continentes millones de años atrás.
–¿El otro “hit” cuál fue?
–Es una roca de Córdoba, que ahora se explota para ornamentación. Hay un edificio en Hipólito Yrigoyen que la tiene y el Patio Bullrich también. No existe en otra parte del mundo. Se encuentra cerca de Villa de Soto. Se llama cordieritita.
–¿Y cuál es su historia?
–Antes esta roca fue magma que bajo cierta condiciones especiales los minerales fueron agregándose durante su enfriamiento y formaron estas formas de huevos. Es raro encontrar estas formas en este mineral.
–¿Ahora si uno va a comprarla es más cara que otras piedras?
–Sí, aunque el mercado tiene modas. La mesada de mi casa es de esto. Logré convencer a mi señora, que decía que era una piedra para una lápida.
Fósiles. Luego Baldo trae una tercera roca a la que le quita un poco de tierra. Se pueden ver huellas de caracoles. Es la tercera roca y la tercera historia. Dice que no es raro encontrar fósiles, aunque sí en una roca que se calentó a 600 grados como esa. Su historia:
–Es una roca que se formó cerca de la playa donde vivían estos bichos. Era arena de playa, una tormenta trajo las conchas de los bichos que quedaron enterrados y murieron. Pero la roca se siguió soterrando. Más abajo alcanzó la temperatura de 600 grados y la roca se transformó. Los paleontólogos nunca buscan fósiles en rocas metamórficas porque el proceso de transformación los elimina. A esta la encontramos de casualidad. Un estudiante me dijo: “Che, estos son fósiles”. Lo miré y le dije: “No hay fósiles en rocas metamórficas”. Pero sí, eran fósiles.
Minería
Con un geólogo hay que hablar de minería. Baldo asegura que no es su campo, aunque es asesor de la UNC en este tema dentro del Consejo Interuniversitario Nacional.
–La ley provincial antiminera prohíbe la explotación de minerales metalíferos (oro, plata, cobre) y de uranio pero, ¿hay minerales metalíferos en Córdoba?
–No hay yacimientos de minerales metalíferos importantes. No hay posibilidad de que en Ongamira haya oro, como se habla. Hay algo de manganeso en el norte, que se explotó en su momento. En algún momento, se explotó wolframio (tungsteno) en Cerro Áspero.
–¿Y uranio?
–El uranio es el único elemento con interés en Córdoba. La Pampa de Achala podría tener sectores con interés para extraer uranio.
–¿La megaminería a cielo abierto es la única forma de extraer oro de los Andes?
–La forma de explotar un yacimiento varía según la geología del lugar y factores económicos y de seguridad. En algunos casos no queda otra que hacerlo de forma subterránea. Se tiene la impresión de que impacta menos, pero es perjudicial para la salud de los obreros y de alto riesgo. Otras veces, la única forma es a cielo abierto. No es un capricho de la empresa.
–¿Estas explotaciones podrían ser de menor tamaño?
–Hay un valor por debajo del cual una mina no es rentable. Es cierto que las grandes empresas priorizan su bolsillo, pero no todo es negativo en la megaminería. Siempre lo vemos con sentimiento patriótico, porque son extranjeros que se llevan el recurso y no generan trabajo. El accidente de Chile demuestra que empresas chicas a veces no tienen capacidad para hacer una explotación con la seguridad adecuada.
–Pero es verdad que no generan trabajo.
–Seguro que generarían más trabajo si lo procesaran aquí, pero también más contaminación. Durante el tratamiento de los minerales es cuando hay más riesgo de contaminar.

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