HERALDO

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jueves, 13 de marzo de 2008

Ex - Yacimiento Uranífero «Los Gigantes» o «Schlagintweit»,

«En temas que hacen a la VIDA y al AMBIENTE, no actuar, es un acto de irresponsabilidad», el autor
En el mes de agosto de 2007, más precisamente el día nueve, haciendo uso del derecho que establece la Ordenanza Municipal Nº4535/05, ocupamos la BANCA del CIUDADANO, en el Ex Concejo Deliberante, donde fuimos apoyados por vecinos de esta ciudad de Villa Carlos Paz y el sostén incondicional de ADARSA - ASOCIACIÓN AMIGOS del RÍO SAN ANTONIO. En tal oportunidad presentamos un Proyecto de Ordenanza con dieciséis artículos referentes a lo que siempre hemos resaltado, en cuanto a lo conceptual del significado de TERRITORIO y SUSTENTABILIDAD. El ex yacimiento uranífero «Los Gigantes» o también, aunque poco conocido, como ex yacimiento de uranio «Schlagintweit», está situado en el cordón montañoso Los Gigantes, a pocos kilómetros de la ciudad de Córdoba, Villa Carlos Paz y localidades de lo que se identifica como Punilla Sur. Allí está «el sobrante», «remanente», «residuo», etc., sinonimia, en definitiva de la palabra «BASURA», de una industria colateral y una explotación minera muy especial, que da origen a un proceso para lograr el combustible que se fisiona en los reactores nucleares. No queremos, a través de este artículo, entrar en las discusiones sobre tal energía o tal otra, de acuerdo con los beneficios o riesgos que se corren. Esto debe ser un problema a tratar por la sociedad, ya que ella es la que plantea las necesidades, en cuanto al uso de la energía. La sociedad, no sólo debe plantear las necesidades, sino también asumir el compromiso de saber cuál es el origen y cuál es la transformación que sufre la misma. Bien sabido es desde la escuela media que: «la energía no se crea, ni se destruye: se transforma». La matriz energética mundial -y por ende, nos involucra como país- es bastante complicada, y todos los días tenemos titulares en los medios de comunicación al respecto de las «crisis energéticas» y las implicancias de las mismas en el hacer cotidiano.
Ahora queremos hablar de la basura que se escondió debajo de la alfombra, como dijimos en distintas oportunidades.El ex yacimiento, en cuestión está en la cabecera de cuenca del río Suquía y el reservorio del embalse del dique San Roque. En ese lugar ocurrieron en su momento dos actividades: la minera propiamente dicha, en cuanto a lo extractivo de las rocas que contenían el elemento uranio y el comienzo inicial de una actividad química-industrial, cual era la concentración del mismo. «Fue», como saben decir a veces los jóvenes en su argot cotidiano. Quedó «un muerto» a la intemperie: una «escombrera de material sólido» alrededor de 2.500.000 toneladas de residuos y unas 1.600.000 toneladas de mineral marginal estéril. Y un «dique de cola» con una solución ácida residual de varios millones de litros con elementos químicos presentes y sus isótopos radioactivos. A veces, los muertos, según el dicho popular, gozan de buena salud, ya sean por que resuciten (en tal caso un milagro), ya sea que pasen a transformarse en otras formas de sustancias, elementos o energías y masas liberadas, por ser justamente, elementos radioactivos (esto sí, una realidad). Una cadena que continúa después de la vida, ya que estos materiales viven transmutándose. Otra metáfora o forma simbólica del texto escrito, que por analogía intentamos relacionar con el problema que heredamos.Queremos tomar palabras de otros autores de renombre internacional como el doctor ingeniero de montes, Mariano Seoánez Calvo, español, un experto en Ingeniería Medioambiental que ha trabajado con la colaboración de distinguidos especialistas en las distintas ramas de la ciencias naturales, de los múltiples saberes del ingenio humano. Él ha hecho investigaciones sobre diferentes casos de problemas de contaminación del agua, de diagnósticos medioambientales, de Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA), de Auditorias Medioambientales (AA) o de restauración de paisajes industriales degradados, entre otros. Sus trabajos y las soluciones que aportan, tratan siempre de aproximarse a la realidad y a las certezas, como tantos otros investigadores y hacedores comprometidos, en pos de la protección de los ecosistemas y de la vida.
El ex yacimiento uranífero «Los Gigantes» o «Schlagintweit», mientras tanto, espera, en la provincia de Córdoba, al igual que «El Chichón» del Barrio Alta Córdoba en los predios de la CNEA y otros tantos de la República Argentina. Las ¿dudas? o ¿las certezas?, según las distintas opiniones que se vertieron y se vierten al respecto de la «restitución» o «remediación» del mismo, están presentes. Nosotros tomamos como premisa lo que dijera el gran Galileo Galilei: «Mide todo lo que pueda medirse, y lo que no se pueda medir, hazlo medible». ¡No coexistamos como entes «sordos», «ciegos» y «mudos»! Destapemos nuestros oídos, quitemos las vendas de nuestros ojos y reclamemos a través de la palabra, las acciones que correspondan, a nuestros representantes, tal cual lo proclaman las constituciones Nacional (Artículo 41), Provincial y nuestra flamante Carta Orgánica de Villa Carlos Paz. Pero debe quedar claro: que no es un tema inmanente de nuestra ciudad, sino de todas las comunas y municipalidades del territorio y la propia ciudad de Córdoba y Gran Córdoba. Caso contrario estaríamos situados en el egoísmo, dejando de lado el valor de la solidaridad y soslayando los derechos colectivos.Mariano Seoánez Calvo en una de sus obras dice: «La contaminación es, sin duda, uno de los factores perturbadores más graves. Las actividades industriales implican invariablemente la transformación de materias primas en productos semielaborados o elaborados, pero esta transformación nunca es total, generándose residuos, en forma de energía o de materia, que si no son recuperados y reutilizados se convierten en contaminantes susceptibles de producir daños sobre la naturaleza, alterando la abundancia y los tipos de especies vivas, perturbando los sistemas físicos y biológicos y modificando los niveles de radiación y de reparto de energía.«La autodepuración o capacidad de un ecosistema para asimilar los contaminantes depende de sus propias características y de la naturaleza, tipo y concentración de dichos contaminantes.
«Sin embargo, la nocividad de la contaminación sobre los ecosistemas y sobre la vida que en ellos se desarrolla, depende además de otros parámetros, como son la facilidad de dispersión de los contaminantes, desplazándose a grandes distancias debido a la gran complejidad biogeoquímica de la biosfera y alterando ecosistemas lejanos a la instalación que es fuente de contaminación, la posibilidad de transformación de los contaminantes en otras sustancias más peligrosas o dañinas o, finalmente, la acción conjunta y simultánea de varios contaminantes o de un contaminante y determinados factores ambientales y sus posibles efectos aditivos, acumulativos o sinérgicos». (*1)Y recorriendo, los pasillos del Concejo de Representantes de Villa Carlos Paz, en búsqueda de algún indicio sobre las Resoluciones, y qué efectos habían tenido éstas, logramos un «anticipo temprano» de una nota de la Comisión Nacional de Energía Atómica, respondiendo a la Resolución del Ex Concejo Deliberante Nº205/2007.Obviamente, estamos a la espera de la notificación oficial de nota ingresada por Secretaría Legislativa con fecha 15/02/08, donde entre otros temas solicitamos:1) Si se dio cumplimiento a la RESOLUCIÓN Nº 196/2007 de divulgación pública del ESTUDIO del PERFIL GEOMORFOLÓGICO del RÍO SAN ANTONIO, puesto a disposición del Municipio en su oportunidad. (Aclaración: ADARSA fue la encargada de la gestión, como impulsora de este proyecto).2) Si se dio cumplimiento a la RESOLUCIÓN Nº 205/2007 al respecto de dirigirse a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) a fin de solicitar la pronta restitución de ex yacimiento uranífero LOS GIGANTES en el marco del PROYECTO de RESTITUCIÓN AMBIENTAL de la MINERÍA del URANIO – PRAMU, atendiendo los contenidos del Artículo Nº 41 de la Constitución Nacional y todos los artículos concomitantes de la Carta Orgánica de la Ciudad de Villa Carlos Paz. La cabecera de cuenca del río San Antonio, de la cual se abastece de agua nuestra ciudad, tiene directa relación con ese ex yacimiento uranífero y sus colas residuales.
3) Si el proyecto que fuera enviado a despacho de Comisión en los últimos meses del año 2007, en el anterior CONCEJO DELIBERANTE, respecto a la ADHESIÓN de la Ciudad de Villa Carlos Paz a los principios de las leyes provinciales sancionadas y no reglamentadas: Nº 8770, Creación de la Reserva Recreativa Natural Valle del Cóndor; y Ley Nº 8941, Reserva Hídrica Los Gigantes, será tratado por este CONCEJO de REPRESENTANTES. Ambas Reservas tienen directa relación con la ciudad de Villa Carlos Paz por lo expuesto a punto 1).Según nota, que esperamos tener en forma urgente en nuestras manos, vía Presidencia del Concejo de Representantes habría un «propósito», por parte de la CNEA – COMISIÓN NACIONAL de ENERGÍA ATOMICA de «realizar lo antes posible la restitución del ex yacimiento minero Los Gigantes». No nos convencen ni los términos «lo antes posible», suena a ambigüedad temporal, como tampoco «la restitución». Terminemos de una vez con los eufemismos, es hora de hablar de «tiempos concretos» y de «remediación». Que se diga que se va a «restituir» el lugar donde está enclavado el ex yacimiento Los Gigantes, es situarse en el lugar del «el yo soy» para quien crea en Dios, o de la propia naturaleza con sus leyes -que escapan bastante lejos, todavía- del saber y dominio humano. Para nosotros la palabra «restituir» suena obscena, como obscena suena la tan maltratada palabra «sustentabilidad» en estos últimos tiempos es tan usada, al respecto de declaraciones de «municipios sustentables» o en la inauguración de una insoslayable Planta de Tratamiento de Aguas Negras para la ciudad de Villa Carlos Paz. No debe anteponerse a lo que hay que hacer ya, ahora, si el Banco Mundial va a aportar los fondos necesarios o el mismo Tesoro Nacional. La CNEA debió actuar en su momento a tiempos pretéritos, para no dejar lo que dejó. No caben más dilaciones de tiempos, la vida no puede esperar, ni estar enredada en tramas burocráticas y financieras, frías e insensibles.En el territorio, si lo tomamos como sistema material, «ecosistema acotado», debe hacerse «un balance de masa y energía»: que entra y que sale. Si ya somos sustentables por el hecho de contar con una valiosa planta de tratamientos de aguas cloacales, nos quedamos en las moneditas de los centavos del balance. ¿Qué entra al Embalse del San Roque?, ¿qué entra en los sistemas de captación de agua de las comunas y municipios de la cuenca? No hablamos de ninguna caja negra. Concretos, para nuestro caso de análisis y discusión, sin eufemismos, se debe saber mucho más de: masa y energía. Sustancias químicas y elementos radioactivos.
En la fotocopia de la nota de la CNEA que contamos, se habla del «monitoreo permanente» para «evitar riesgos a la población». Muchas veces desde las ONGs o foros, requerimos datos, información, hicimos denuncias de mortandad de peces en la época de estiaje, de la aparición de depósitos «salinos» en las rocas, de la variación del pH en el curso del río San Antonio, etc. etc., a la CNEA, a Agencia Córdoba Ambiente, a la ex Dipas, al COHIPRO, al ex Concejo Deliberante; involucramiento concreto de la Unicameral de la Provincia de Córdoba para las reglamentaciones de leyes sancionadas, etc. etc. Alguna respuesta, si la hubo, en Villa Carlos Paz, a través de un pedido de informes del ex Concejo Deliberante: El agua era potable en cuanto a parámetros bacteriológicos y físico-químicos. Claro responden a análisis de rutina, pero por lo que hay allá arriba, en LOS GIGANTES, deberían ser más extensivos e intensivos. No nos han alcanzado esas respuestas, a tenor de la temática en cuestión. Las dudas están planteadas, ante la carencia de información detallada, minuciosa, que responda a investigaciones inter-multidisciplinarias y no a lo escueto de lo que se lee y cita en la fotocopia de nota firmada por el doctor José Pablo Abriata, presidente Comisión de Energía Atómica de fecha 28/12/07. Consideramos una falta de respecto a lo que promovimos y llevamos al seno del anterior ex Concejo Deliberante, a saber en el Artículo 4 del Proyecto de Ordenanza presentado en la BANCA del CIUDADANO: «Solicitar a los Estados Nacional y Provincial a través de los organismos competentes, toda la información del monitoreo histórico de los cursos de aguas superficiales como subterráneos que pudieran haber sido o estar afectados por el ex emprendimiento minero uranífero LOS GIGANTES, que son fuente del lago San Roque y de aprovisionamiento de agua potable de la ciudad de Villa Carlos Paz».En la nota de la CNEA se verifican contrariedades de hablar en el escrito de «remediación» o de «restitución». ¿....? Dijimos lo que pensamos al respecto, inclusive en el Proyecto que elevamos pedimos «la restitución» de acuerdo al origen del PRAMU (Proyecto de restitución ambiental de la minería de uranio). Si se prometió, que se cumpla, pero estaríamos en un caso de soberbia superlativa, según nuestra postura, que aclaramos, es una más entre tantas. Sólo buscamos debatir y colocar ante la opinión pública este problema que es real y concreto: un ex yacimiento sin «remediar» o «restituir». Cuestión semántica y cuestión palpable, observable y también valorable.
No nos conforma tampoco, y lo haremos saber a las autoridades y poderes de los Estados responsables que consideremos competentes sobre el tema, al respecto de los resultados aportados sobre «elementos radioactivos monitoreados». Demasiada mezquina la información citada en la nota de la CNEA, ya que se limita al Uranio y al Radio. No se especifican otros elementos radioactivos, como así los isótopos y las distintas variedades que pueden afectar a la salud humana y de todos los seres vivos, como vivo es un ecosistema.El ex yacimiento uranífero «Los Gigantes» o ex yacimiento de uranio «Schlagintweit», da para mucho más. Tiene relación con la Reserva Hídrica Los Gigantes creada por Ley Nº 8770, sancionada y no peglamentada, con el Estudio del Perfil Geomorfológico del Río San Antonio, con todo el proceso del cambio climático global, las lluvias y crecientes extraordinarias que pudieran ocurrir, por las sequías; y que obviamente por ser el agua el vector de conducción de «materia y energía» actuaría como hilo director entre el lugar «enfermo» que debe ¿remediarse? o ¿restituirse? y las fuentes de captación de agua para uso humano y a la vida del ecosistema. Mientras se aclaran conceptualmente ideas, sobre los dos términos, instamos a la población de toda esta región a comprometerse responsablemente. De ello dependemos. La salud de todos nosotros puede estar o verse afectada hacia el futuro. En otro artículo del Proyecto presentado en agosto de 2007, se solicitan intervenciones sobre estudios epidemiológicos. Nada se ha hecho al respecto. La duda, insistimos, está vigente, no se aclara, pareciera que cada vez más se oscurece. Los proyectos de impulsar la minería del uranio ya han sido hechos públicos en el 2007 en el Congreso de la Nación Argentina. ¿Seguiremos adelante con nuevos emprendimientos dejando la basura que ya existe, bajo la alfombra del cielo abierto? ¿Sería una forma responsable de actuar?No podemos seguir pendientes de tiempos inciertos, como tampoco de información que se extracta en muy pocas líneas. Es un tema demasiado importante que hace a la SUSTENTABILIDAD, tan declamada desde las tribunas o palcos, pero poco practicada. No nos cabe otra acción que formar filas junto al FORO SOCIAL creado en el marco del PRAMU a instancias de la misma CNEA, con las ONGs ocupadas de los temas ambientales, con los técnicos y científicos que nos hablan con autoridad sobre el tema. ¡El pueblo debe estar! Involucrarse...
¡HACE A LA VIDA!, de nuestros hijos, de nuestros nietos, de nuestros próximos, de nuestro hábitat. ¿No es una justa causa? ENTONCES: NI CIEGOS, NI MUDOS, NI SORDOS.
JUAN CARLOS A. PAESANI
Ing. Químico. Ing. Laboral
Postgrado Población y Medio Ambiente
www.vcp-porlatierra.blogspot.com
www.ergoecoportalcba.com.ar
(*1) Ecología Industrial: Ingeniería medioambiental aplicada a la industria y a la empresa. Mariano Seoánez Calvo, capítulo 2, 1995 (Mundi Prensa. Madrid)

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